Aburrición




Hoy intenté trabajar en el Archivo Histórico de SRE y debo confesar que fue un rotundo fracaso. Olvidé el cable de corriente de mi computadora, por lo que sólo pude disponer de 50 minutos de tecnología. Por si eso no fuera poco, la caligrafía de los documentos de Matías Romero fue, en especial la de 1864, indescifrable y con un contenido más intrascendente que los berrinches que en ocasiones recibo en el MSN.
En días como hoy, es cuando una se repite constantemente:

"Siempre habrá cartas mejores"

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